Hoy celebramos la festividad de San Juan Evangelista “el
discípulo amado”. San Juan junto con su hermano Santiago, se hallaba remendando
las redes a la orilla del lago de Galilea, cuando Jesús, que acababa de llamar
a su servicio a Pedro y a Andrés, los llamó también a ellos para que fuesen sus
Apóstoles. El propio Jesucristo les puso a Juan y a Santiago el sobrenombre de
Boanerges, o sea “hijos del trueno” (Lucas 9, 54), aunque no está aclarado si
lo hizo como una recomendación o bien a causa de la violencia de su
temperamento.
San Juan Evangelista era el más joven de los doce
Apóstoles y sobrevivió a todos los demás. Es el único que no murió martirizado.
El Señor quiso que estuviese, junto con Pedro y Santiago, en el momento de su
transfiguración, así como durante su agonía en el Huerto de los Olivos y fue el
único de los Apóstoles que estuvo al pie de la Cruz y acompañó a María.